Hola, hay muchas personas que me han preguntado últimamente qué he hecho para adelgazar, así que decidí contarles hoy por medio del blog para que ustedes también se animen a estar saludables. Este post lo haré lo más sincero posible, porque quiero que vean que si yo he podido, ustedes también pueden estar en su peso ideal, y debo aclarar que no le estoy haciendo publicidad al sitio a dónde voy, es más, ellos ni siquiera saben que estoy escribiendo este post.
Fui una niña bastante delgada, en mi adolescencia mi peso cambió levemente pero nada extremo, solo comencé a notar que tenía barriga y eso comenzó a molestarme bastante; cuando cumplí 19 años hasta más o menos los 30 años comencé en un sube y baja de peso que me dejó muchas estrías que jamás me cuidé. En este período de mi vida hice todas las dietas que se puedan imaginar, tomé cuanta agua para adelgazar existe, pero no hacía ejercicio ni me alimentaba saludablemente, las verduras no estaban en mi menú, las frutas muy rara vez las consumía pero las harinas y comidas rápidas, así como la cerveza formaban parte importante de mi alimentación semanal.
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Proceso de sonohidrolipólisis |
En ese período, me hacían masajes reductores, con los que no vi grandes resultados por más constante que era, después conocí la
sonohidrolipólisis, un método muy bueno e inmediato que me hicieron una vez en una
clínica bogotana, a los 8 días ya estaba delgada y al seguir al pié de la letra la dieta que me indicaban los médicos, duré varios meses casi en el peso que me correspondía, pero tenía que hacerme más sesiones y no lo hice, pues no soporto fácilmente el dolor y el de la sonohidrolipólisis ha sido uno de los dolores más fuertes que he sentido (como anécdota recuerdo que durante la sesión lloraba hablando por teléfono, diciendo que no aguantaba y que me quería ir). Por supuesto, cuando dejé de hacer la dieta volví a recuperar el peso perdido.
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Proceso de mesoterapia |
Después me decidí por complementar masajes con
mesoterapia, yo que le tengo tanto miedo a las agujas, decidí aguantarme el miedo y soportar pequeños pellizcos por todo mi estómago para adelgazar, era maravilloso porque en esa época estaba con unos pocos kilos de más, pero salía sin barriga de las sesiones, eso sí, si no lo hacía 3 veces a la semana volvía a aparecer la temida panza, y en mis piernas jamás fui capaz de dejarme inyectar.
Cumplidos los 30 años comencé a subir aún más de peso, pues continué sin alimentarme correctamente, el estrés aumentó y este hace que engorde bastante, tampoco me ejercitaba y además mi adicción a la coca-cola aumentó considerablemente (puedo decir que tomaba un litro o más al día), así que un día fui al médico porque ya no podía caminar bien, mis rodillas se estaban afectando por el peso y como la circunferencia de mi estómago era tan grande, estaba propensa a sufrir un infarto. Sí, me preocupé pero no tomé correctivos inmediatamente, hasta que a principios de diciembre de 2013 me convencieron de inscribirme al gimnasio, me gustaban mucho las máquinas y como en esa época no iba tanta gente me animé y asistía de 5 a 6 veces a la semana, en enero me valoró la médica del lugar y me dieron una rutina específica que no podía hacer, mi cuerpo no resistía tanto esfuerzo (pueden decirme que era mental y no se los voy a refutar) así que empecé a ir cada vez menos hasta que un día decidí no volver. Lo que más me desanimó es que duré más o menos 2 meses ejercitándome muchísimo y solo bajé 1 kg. Frustración total para mi.
En esos días en que ya no quería volver al gimnasio me encontré en una reunión familiar con un primo, era impresionante el cambio que había tenido, él también estaba pasado de peso y llegó completamente delgado, me recordó a cuando él tenía 12 años, se había rejuvenecido y se veía con más energía y saludable. Me contó que estaba haciendo una dieta especial y que además le ponían unos balines en las orejas, yo que también ya había probado la auriculoterapia y que después de unas semanas volvía a ver que recuperaba el peso perdido al principio, decidí que ese tratamiento no era para mi, además viendo cómo comía no me animaba mucho a averiguar más, pues su plato estaba lleno de verduras y carnes (blancas y rojas), y yo "no me iba a volver un conejo" a esta edad.
Mi mamá se animó y comenzó el tratamiento que hacía mi primo, después fue mi tía y llevó a su hermano mayor, y todos comenzaron a adelgazar frente a mis ojos. Así que un día decidí ir a ver qué me ofrecían en ese lugar, pedí cita y me atendió una doctora que me hizo una historia clínica además de pesarme, para mi sorpresa pesaba 81 kg y con mi 1,61 cm de altura eso solo significaba que tenía obesidad nivel 1. La doctora me explicó que me iban a enseñar a comer y me dió una lista de los alimentos que podía y no podía consumir, y me puso balines en una de mis orejas.
Las primeras semanas fueron un poco complicadas porque soy una persona muy antojada, pero como mi familia también estaba en el mismo tratamiento no tenía muchas tentaciones a mi al rededor, también me gustó que no me limitaban mucho con la comida, me quitaron las gaseosas (excepto la bretaña, la cual prefiero ahora mil veces frente a la coca-cola, así les parezca difícil de creer), la cerveza, las frutas (me explicaron que las frutas mantienen el peso saludable de las personas, pero que como queremos adelgazar, había que quitarlas por un tiempo ya que la fructuosa no nos ayuda mucho en este caso), pero podía comer muchísimas carnes (hasta de las que no como normalmente), pescados, verduras, cuando salgo los fines de semana puedo tomar vodka, tequila o whisky, y si me antojo de algún paquete puedo comer chicharrones americanos.
Así seguí las instrucciones de la doctora, y la primera semana perdí 1 kg. 400 gr. o 2 kg. no recuerdo muy bien, eso me animó muchísimo, pues fue más de lo que había perdido en los dos meses que duré en el gimnasio, así que continué muy juiciosa y 3 meses después he perdido 13 kg., eso sí, no he perdido más peso porque en semana santa me descaré y comí tanto esa semana y la siguiente que subí de peso. Después de mes y medio más o menos ya me permitieron volver a comer algunas frutas, son una recompensa maravillosa para mi, que no me gustaba comer este tipo de alimentos, además voy tan bien que la doctora, entre risas, me dió permiso de comer torta este viernes por mi cumpleaños. Todavía no he llegado a mi peso ideal, tengo sobrepeso aún, pero ya no soy una persona obesa. Mi estómago ha disminuido 1 cm por semana en promedio y me siento saludable, con energía y feliz.
Seguramente si yo fuera una persona a la que le gusta el deporte, y lo combinara con alguna rutina, habría bajado más, pero cada vez que me dicen que he bajado así sean 400 gr. en una semana me animo a seguir adelante. Mi metabolismo trabaja ahora más rápido y si me doy algún gusto muy de vez en cuando (como la torta del viernes) ya sé que no me voy a subir de peso de forma tan exagerada como antes.
Así que me imagino que ya quieres saber en dónde puedes hacer este tratamiento, el lugar se llama
Natural Body Center & Spa y hay por todo Colombia (lo siento, si vives fuera del país creo que tendrás que buscar en tu ciudad un tratamiento similar). En Bogotá hay sedes por toda la ciudad y puedes encontrar toda la información en su
página.
Gracias a las personas que me han dicho que se nota mi cambio, eso me motiva a seguir adelante, espero poder terminar mi tratamiento pronto y estar ya en mi peso ideal, entre otras cosas, para poder comprar ropa, porque todo me queda grande y me dice la doctora que ni pierda la plata comprando porque se me van a volver a quedar en poco tiempo.
Espero que haya sido de tu interés esta información y disculpa si el post de hoy fue muy largo, pero realmente quería que tuvieras toda la información. Besos,
Vivian Gil-Ro.