Muchas veces las encías comienzan a sangrar "sin motivo aparente", así que mientras vas al médico puedes pelar un limón, envolver el uno de tus dedos con la parte blanca de la cáscara hacia afuera y con esa parte te frotas las encías después de lavarte los dientes.
Vas a ver que con este sencillo truco vas a lograr que las encías dejen de sangrar, pero no olvides visitar a tu médico ya que este puede ser el aviso de alguna enfermedad mayor. Besos,
Vivian Gil-Ro.